martes, 16 de marzo de 2010

Encierrosienas


Quiero decirte lo que fue la prisión,
Y llevarte despacio a esas rejas que ataron quimeras.
Vino él, vino ella, vino un primo
con mil lentejuelas.
No hay visitas en tiempos de guerras.
Y al andar entre botas, recordé madreselvas.
Y volvieron olores, recuerdos de vientos, de aires
de lunas gallegas.
Quiero que entres al lugar que encerró
tantas noches serenas.
Al lugar que guardó en cofrecitos de latas:
botones, hebillas y una gran cigarrera.
Quiero hundir en tu mente mi mente cercada,
atada a las rejas.
Para que conozcas las llaves, candados,
camisas de lana y alguna etiqueta.
La sospecha, el silencio, picazones de años
me comieron las ganas de apretarte en mis brazos
y calentarte con mi vieja campera.
No hay visitas, ni caricias en tiempos de guerras.

2 comentarios:

antonio molina medina dijo...

SOBRAN LAS PALABRAS

Cuando un hombre se arrodilla
Se postra a los pies de la mujer que ama
Sobran las palabras.
Resurgen de nuevo las lagrimas.
Se aceleran los latidos, tañidos de ese corazón
Que tanto ama, por los confines del alma.
Y se jacta de poder sufrir compartiendo otro
Corazón que palpitan sonidos afortunados
Que traen de mañana, en los márgenes de
Una cabaña. Cuyas maderas repiquetean tus andares
Mañaneros junto a tu sonrisa afable y grata.
Gracias MUJER por formar parte de mi sangre
Que oxigena el aire que respiramos y fluye
Por este corazón que tanta ama.

DelsioEvarGamboa dijo...

Querida Betita, este bello poema me ha retrotraído a los días en que fui un detenido-desaparecido más.
Son increibles las coincidencias en la expresión de las sensaciones vividas.
Sólo el que alguna vez fue privado de su libertad, alcanza a dimensionar la profundidad de tus versos.
¡Muchísimas gracias, aunque tristes, son recuerdos!!!
Un beso enorme.
Delsio